Emociones y Pensamiento

Los psicólogos que trabajamos desde el enfoque Cognitivo Conductual sabemos de la relación funcional que existe entre los pensamientos y las emociones.

Mª José Miguel Quilis | Directora de Apai Psicólogos

El poder del pensamiento sobre las emociones

Desde siempre se ha sabido que el pensamiento tiene un gran poder sobre las emociones. Por más que los psicólogos insistamos sobre esto, no es ninguna novedad. Filósofos, personajes religiosos y, por último, psicólogos, somos conscientes de ello.

La novedad, por lo que a los psicólogos nos concierne, es que hace décadas que intentamos buscar una visión científica que nos permita proponer leyes válidas para comprender los diversos fenómenos relacionados con la influencia del pensamiento sobre las emociones, para guiar la acción racionalmente y predecir resultados.

El pensamiento tiene una estrecha relación con las emociones

Pese a la diversidad y riqueza de enfoques en la psicología, una conclusión que muchos psicólogos comparten es que el pensamiento tiene una estrecha relación con las emociones, influyendo importantemente en ellas y, en algunos casos, condicionándolas.

Los psicólogos que más profundamente han estudiado y elaborado el paradigma cognitivo, son: Albert Ellis (Terapia Racional emotiva Comportamental), Aaron Beck (Terapia Cognitiva), Jeffrey Young (Teoría de los Esquemas), George Kelly (Teoría de los Constructos), Wilson y Luciano (Terapia de Aceptación y Compromiso), Chomsky (Gramática Transformativa), Jean Piaget (Epistemología Genética) Ausubel (Aprendizaje Significativo), Albert Bandura (Aprendizaje Social), Robert Gagné (Aprendizaje Taxonómico), Gregory Bateson (Doble Vínculo)y Bandler y Grinder (PNL).

Qué es cognición y qué es emoción

Para entendernos, primero tenemos que definir qué entendemos por cognición. Como psicólogos, entendemos la cognición como el conjunto de las operaciones que realizan los mecanismos mentales a la hora de procesar la información que reciben, tanto de formas consciente como inconsciente. Del mismo modo, los psicólogos definimos las emociones como las respuestas psicofísicas, rápidas, intensas y variables, que da el organismo ante un estímulo interpretado previamente.

Si observas que en tu vida se dan emociones repetidas que te provocan problemas, que te hacen sufrir o actuar contraproducentemente de forma repetida, puede ser interesante acudir a un psicólogo para que localice los patrones de pensamiento que están generando dichas emociones. En ocasiones, estos patrones son tan automáticos y están tan arraigados en la forma de interpretar el mundo, a nosotros mismos, al futuro o a los demás, que no se detectan.

6 ejercicios que te ayudarán a cambiar

La terapia cognitivo conductual se basa en detectar los pensamientos desalentadores o tóxicos aquellos para aprender  a detenerlos y reemplazarlos por pensamientos útiles y saludables. Al principio puede parecer un poco forzado, pero con el tiempo se crea un hábito y logras encontrar soluciones a aquellas situaciones en donde te sentías paralizado. De esta manera, técnicas como la meditación o el mindfulness te proporcionarán más oportunidades para “reprogramar su mente”.

Observación

Identifica y apunta los pensamientos que tienes en los momentos de malestar.

Aceptación

De momento, acepta que las cosas están así. No te enfades, planifica propuesta de cambio para que la situación pueda ser algo diferente en un futuro.

Aquí y ahora

Aísla cada momento. Ahora estás en la peluquería, o de camino al colegio de tus hijos, no existe nada más.

Responsabilidad

Acepta que tú tienes mucho que ver en cómo te sientes. Por supuesto que la conducta de los demás tiene importancia, y los sucesos de la vida, pero una parte importante esta en ti. Y es parte – buena noticia- ¡ se puede cambiar!

Relajación

Practica la relajación, encuentra un método que te vaya a ti. Aunque la emoción se haya disparado, con la relajación puedes disminuirla, y así analizar los pensamientos que la han provocado.

Desidentificación

Intenta salirte de la definición que tienes sobre ti mismo, salte de tus roles. Eres más que esa madre, eres más que ese empleado, eres más que esa jefa. Quítate etiquetas, en algún momento te las pusieron y posiblemente las haces ahora tuyas sin un análisis real.